El hecho que si que hay que destacar es la sorprendente cantidad de autorecuperaciones de aves con una destacada longevidad. Páridos y petirrojos europeos sobresalen con supervivencias de más de seis o siete años.
La última de las recuperaciones más destacables es la de un mirlo común (Turdus merula), un macho recuperado el 14 de mayo de este año y que fue anillado como juvenil en la misma Estación de Esfuerzo allá por el verano del año 2006, concretamente el 19 de julio.
9 años de vida, 3.221 días desde su anillamiento a su última recuperación, ya que también fue controlado en el mismo lugar el 6 de mayo de 2010.
No habrán recuperaciones de aves con remite Museum Paris o British Museum pero ejemplares tan "viejos" y que han sobrevivido a toda clase de adversitades, siempre constituyen una pequeña alegría.