El verano de este apocalíptico año, está siendo un verano extraño. Un verano extraño por las circunstancias socio-económicas en la que estamos inmersos, extraño por las circunstancias laborales que nos afectan y extraño por las situaciones personales que a uno la vida le va poniendo en el camino.
En el tiempo que ya ha transcurrido de esta tórrida estación, mis incursiones a las playas cercanas a esta irreductible y recalentada aldea gala, se han hecho más frecuentes que en años anteriores, en los que mi contacto con el medio marino eran equiparables a uno o ninguno.
Mis quehaceres paterno-filiales me hacen disfrutar de paseos por la arena, chapuzones rompeolas, untar crema y más crema sobre pequeños cuerpos solícitos de mi atención protectora. Una de las actividades, obligadas casi en cada incursión es la de recolectar conchas de almejas y otros moluscos que, tras la llegada a casa, son convenientemente puestas a remojo,¿?.
Y como la curiosidad me puede, me veo fotografiando cada pieza e indagando para su identificación por expertos en la materia de Biodiversidad Virtual y posterior subida al Banco de Datos de la Biodiversidad. Cada vez que procedemos a la ritual recolección de conchas, eliminando las que "esta ja la tenim" y guardando las que "esta és nova" me veo como aquel tipo genial, protagonista de la película homónima, de principios de los años 80.
La película llegó a mi conocimiento después de la banda sonora. Esta magnífica obra musical, compuesta por Marc Knopfler, marcó una época en mi vida. Era, y es, evocadora, mucho más después de ver la película. Un tipo genial o Local hero, que es el título original inglés, narra las aventuras y vivencias de un ejecutivo norteamericano en tierras del norte de Escocia para la compra de unos terrenos donde se ha proyectado la instalación de una planta petrolífera. Su contacto con la gente del pequeño pueblo costero donde irá ubicada la planta, presenta situaciones disparatadas y paradójicas, llegando al surrealismo. Las escenas finales, con el protagonista sacando de los bolsillos conchas recolectadas en la playa, me recuerdan a mi llegada a casa después de cada incursión playera. Al fin y al cabo, soy un tipo genial, o al menos eso me dicen mis hijas.
Portada del disco correspondiente a la banda sonora de la película. Una obra altamente recomendable.
Durante mi estancia de quinces días en las islas Columbretes en un turno de la campaña de anillamiento Piccole Issole, aproveché para conocer en pleno el mundo marino. La estancia allí me evocaba la película y no pude evitar hacerme una foto con reminiscencias de la portada del disco. Una foto que me hace recordar perfectamente ese momento, esa luz de atardecer e, incluso, lo que estaba pensando en esos momentos.
Cerastoderma glaucum. Salinas de Santa Pola.
Cerithium lividulum. Salinas de Santa Pola.
Acanthocardia tuberculata. Playas de Oliva (València)
Chamelea gallina. Playas de Oliva (València)
Donax trunculus. Playas de Oliva (València)
Mactra stultorum = Mactra corallina. Playas de Oliva (València)
Arca noae. Playas de El Campello
Anomia ephippium. Playas de El Campello
Glycymeris glycymeris. Playas de El Campello
Tellina incarnata. Playas de El Campello
Esta canción Going home, es la pieza con la que finaliza la película y el disco. Una banda sonora memorable, una pieza maestra de Marc Knofler, lider de los Dire Straits, que algunos han clasificado como una de sus mejores obras.
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