martes, 19 de junio de 2012

Una noche entre aviones zapadores, versos de Neruda y canciones de Burning

Después de casi dos meses, llueve. La tormenta resuena entre las montañas y aprovecho, ahora que tengo tanto tiempo, para ordenar fotos, datos y citas y empezar a poner orden en la avalancha de ideas y composiciones para una nueva etapa de creación  pictórica. Recuerdo otras noches de tormenta, otros olores a tierra mojada. Ahora, como entonces, me acompaña música de jazz.
Ilustración de avión zapador (Riparia riparia) Acrílico sobre papel, 19 x 24 cm. (C) Pep Cantó, 2008

Ordenando las fotos de mi reciente visita a una colonia reproductora de aviones zapadores (Riparia riparia) me viene a la mente, como tantas otras cosas, el cuadro que pinté en el ya lejano año de 1999. Y ya entonces, lo mismo que ahora, se evidencia la fragilidad del hábitat de esta especie de hirundínido, que elige taludes arenosos, en ocasiones cercanos a cauces fluviales, para la instalación de sus colonias de nidificación. El cuadro en cuestión, que más abajo se reproduce, tuvo su origen en una idea que me surgió a partir de una gran colonia reproductora que a finales de los años 90 existía en el lecho del río Serpis a su paso por la pequeña población de Alcosser. Esta colonia desapareció absorbida por la crecida del río a causa de un episodio de Gota Fría, tan comunes y frecuentes en el litoral mediterráneo de la Península Ibérica.
Oronetes de ribera. 1999. Acrílico sobre tàblex. 52 x 37 cm. (C) Pep Cantó, 1999

No ha sido la elevación del nivel de un río el que ha hecho desaparecer parte de esta colonia de avión zapador, sino las palas de excavadoras, cuyos dientes han dejado visibles cicatrices en el talud de arena.

Colonia reproductora I de avión zapador, cara Este (C) Pep Cantó, 2012

Colonia reproductora I de avión zapador, cara Norte, deshecha en su mayoría por la acción de las palas de excavadoras, con una evidente merma en disponibilidad de hábitat para la reproducción de estas pequeñas aves. (C) Pep Cantó, 2012

Panorámica de la colonia reproductora II de avión zapador. En ella también se aprecian las marcas de acciones extractoras de tierras de palas excavadoras. (C) Pep Cantó, 2012

Restos de los huevos eclosionados que los adultos de avión zapador expulsan del nido y dejan caer a escasos metros de la pared donde se ubica la colonia. (C) Pep Cantó, 2012



Esta canción de Burnig me ha acompañado muchas y muchas noches mientras la pintura iba fluyendo sobre los lienzos y papeles.




Poema XX - Pablo Neruda
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


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